La usura es un mal que acompaña a la humanidad desde que se realizaron los primeros intercambios comerciales. Ya en la Biblia aparece Moisés prohibiendo a los israelíes los préstamos con intereses entre ellos, más tarde la iglesia católica condenando la usura desde siempre y hasta nuestros días, y aparecen regulaciones en los países desarrollados para normar las ganancias excesivas en perjuicio de los consumidores y usuarios.
La usura es el interés excesivo que se cobra por un préstamo, ya sea en el mercado formal como en el informal. El mercado formal está regulado por la Superintendencia de Bancos, quien traza las normativas del mercado financiero, pero el mercado informal, que mueve miles de millones de pesos no está regulado, pero existen unos “contratos” que fluyen cuando alguien se atrasa en el pago de los intereses y el acreedor se apropia de lo que haya puesto en garantía el deudor.
Mi amigo Alejandro Fernández los llama Bancos de la Sombra y por decir que “me toca, como directora de PRO CONSUMIDOR, meterme en el asunto” lo he pensado, y si algo debemos hacer es regular ese gran mercado que como dice el financista “viola la Ley Monetaria, la ley de lavado de activos y la ley del consumidor, 358-05" que establece que los contratos de consumo de bienes y servicios deben estar registrados en la institución, cosa que no ocurre con los bancos de la sombra.
Es desgarrador ver a personas que van a la institución desahuciados porque han pagado solo en interés hasta diez veces el valor del préstamo, y si se atrasan le cobran sobre el interés, y los préstamos son hasta del 20 por ciento diario como ocurre con los tricicleros de los mercados que alquilan el triciclo para vender hortalizas y productos perecederos – deben pagar el módico 20% diario lo que equivale a más del 700 por ciento al año, según denuncia de los comerciantes del mercado-.
Hay casos registrados donde un préstamo de cincuenta mil pesos ha puesto en riesgos las propiedades de personas que eran buena paga hasta que perdieron su empleo y quedaron sin percibir un salario, en mucho de esos casos el deudor ha pagado varias veces los 50 mil pesos en intereses abusivos.
Las personas que se endeudan con los “prestamistas” o banqueros de la sombra, no tienen acceso a los bancos y de acuerdo a estimaciones más de la mitad de la población no tiene acceso al crédito regulado.
Lo que pasa en nuestro país ocurre en otros con economías similares a la nuestra, por esa razón en El Salvador, en Colombia y en México existen leyes que regulan la usura.
En algunas legislaciones permiten un interés superior a dos veces y medio el interés legal del dinero, lo cual es alto, pero peor es que una cuenta de 50 mil pesos se convierta en medio millón en menos de un año.
En Estados Unidos aprobaron en el 2006 una ley contra las ganancias excesivas, que conlleva penas y multas que van desde 150 y 200 millones de dólares.
En el 2008 en Colombia el presidente emitió un decreto que fija límites a la usura y regula las casas de empeño. En San Salvador existe una ley que prohíbe y sanciona la usura a toda clase de acreedores, sean personas naturales o jurídicas, instituciones del sistema financiero, casa de empeño entre otros.
En México además de una ley, existe un proyecto que crea un fondo para la protección de las víctimas de la usura y obliga a denunciar las prácticas usureras.
Por Altagracia Paulino
Por Altagracia Paulino
http://elbauldelconsumidor.blogspot.com/2014/01/usuara-credito-interese-abusivos.html
Comentarios
Publicar un comentario